Baronesa Cleopatra zu Oettingen-Spielberg

Cleopatra zu Oettingen-Spielberg es una verdadera princesa contemporánea. A sus 36 años, la modelo y actriz, conocida profesionalmente como Cleo von Adelsheim, vive felizmente casada con el príncipe Franz Albrecht en Madrid junto con sus tres hijos. Pero pese a que se codea con los miembros de la realeza europea, Cleo no olvida sus raíces chilenas. “Yo me siento mucho más latina y artista que otra cosa. Lo de los títulos y ese rollo no me define para nada. Es tradición y lo respeto, pero soy mucho más bohemia que conservadora”, contó a la revista Velvet, en su primera entrevista con un medio local.

Nacida en Berna, Suiza en 1987, Cleo es hija del barón Louis von Adelsheim, cineasta y artista suizo, y Lillian-Elena Baetting-Rodríguez, chilena que anteriormente estuvo casada con el reconocido psiquiatra Claudio Naranjo. Cuando tenía 2 años, sus padres se separaron y ella se marchó a vivir a Chile con su madre. Allí creció durante más de una década, hasta que con 12 años su padre quiso que aprendiera alemán y tuviera una educación en Europa. “Me encantó vivir en Chile. Lo que más echo de menos –y por lo que me subiría a un avión al instante– es la alegría y la comida. Sobre todo, las humitas”, afirma la princesa.

Más tarde ingresó a reconocidos internados en Alemania y Reino Unido, para luego estudiar comunicaciones internacionales en París, cine en Barcelona y, finalmente, actuación en Madrid. En 2016, Cleo contrajo matrimonio con el príncipe Franz Albrecht de Oettingen-Oettingen y Oettingen-Spielberg en un suntuoso palacio en el sur de Alemania, evento al que asistió incluso el príncipe Harry. “El príncipe Harry es muy divertido y buena persona. Lo conocí a través de mi marido y siempre que nos vemos lo pasamos muy bien”, dijo Cleo a Vanity Fair. La ceremonia, sin embargo, tuvo un toque chileno con empanadas y pisco sour, reflejando las raíces de la novia.

Una princesa a la chilena
Aunque declara que la vida palaciega no es su estilo, Cleo ha asumido con gracia los deberes que conlleva su título. Pese a que la monarquía ya no existe en Alemania, Cleo explica que “en Oettingen sí tiene relevancia y conlleva una serie de responsabilidades”. Junto a su esposo, gestionó el castillo familiar en Baviera durante casi seis años, donde nacieron sus dos primeros hijos, Matilda Galilea y Louis. Sin embargo, el deseo de una vida más libre y menos tradicional llevó a la pareja a mudarse a Madrid.

Los alemanes son conocidos por su personalidad fría, pero la princesa declara que su marido “es, sin duda, una de las personas más divertidas que conozco”. “Los europeos me dicen que hablo fuerte. No me importa, siempre les digo: ¡es que soy latina!”, comenta Cleo zu Oettingen-Spielberg.

Cuando tenía 21 años, Cleo protagonizó la película alemana “Prinzessin Maleen”, dirigida por Matthias Steurer y que recoge un clásico de los hermanos Grimm. Hoy sigue siendo apasionada por el arte. “Me gusta escribir, actuar y, recientemente, empecé a coleccionar arte. Entre ellos, a artistas chilenos como Guillermo Lorca Garcia-Huidobro y Patrick Hamilton. Me encantan”, dice.

Con más de 121 mil seguidores en Instagram, Cleo se destaca no solo por su elegancia y estilo, sino también por su autenticidad. En los últimos meses asistió al desfile que hizo Dior en Sevilla y también estuvo entre las invitadas el pasado verano a la boda del príncipe Gustav de Sayn-Wittgenstein-Berleburg, hijo mayor de la princesa Benedicta de Dinamarca, con la escritora estadounidense Carina Axelsson en el castillo de Berleburg en Alemania.